miércoles, 24 de diciembre de 2014

FELICES FIESTAS

HA NACIDO UN NIÑO... HA NACIDO DIOS...


"He adorado el misterio del Verbo que se hizo carne, que había florecido en el seno de una Virgen en un portal de pastores porque no había lugar para ellos en la posada..." (P. Luis Faccenda).

FELIZ NAVIDAD Y UN AÑO LLENO DE 
BENDICIONES! 

Les desean las Misioneras de la Inmaculada Padre Kolbe.


domingo, 14 de diciembre de 2014

LA CELDA DEL AMOR SIEMPRE ABIERTA - 14 DE DICIEMBRE 2014

 “… Envió a su Hijo, nacido de una mujer…”.


Nos ponemos a la escucha de las Escrituras para poder conocer el verdadero rostro de Dios. Un  Dios que viene a nosotros. Cuando se cumplió el tiempo establecido, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer…” (Gal 4,4). Si en el Antiguo Testamento Dios llenó el tiempo con su obra de salvación, Él, con Jesús, llenó el tiempo de sí mismo. La encarnación marca la plenitud de los tiempos, no en el sentido de que el tiempo ha madurado, se ha hecho pleno y ha causado el envío del Hijo, sino todo lo contrario, como dice Lutero, "es el envío del Hijo el que lleva al tiempo a la plenitud". Cristo "en el que reside toda la plenitud" (Col 1,19) llena con su presencia nuestro tiempo, y "de su plenitud todos hemos recibido, gracia sobre gracia” (Jn 1,16). El movimiento de la gracia es de arriba hacia abajo. “Cuando se cumplió el tiempo establecido, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer…”. En la Biblia, como también en los himnos de Qumrán, la expresión “nacido de una mujer” indica fragilidad y caducidad. Es esta vida frágil y mortal que el Hijo de Dios asume y desposa. “Nacido de una mujer”: “la mujer que no puede tocar el rollo de la Palabra de Dios, dará a luz a la Palabra de Dios que se hará carne."[1]

En la plenitud del tiempo Dios se dirige a María de Nazaret: “¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo... Concebirás y darás a luz un hijo,… Yo soy la servidora del Señor, hágase en mí” (Lc 1, 26-38). El ángel se dirige a la joven con un nombre personal, “su nombre era María”, llamándola “llena de gracia”. En griego la expresión: “alégrate, llena de gracia” es un “pasivo divino”, la acción la hace Dios, y significa: tú eres amada por Dios y para siempre. El ángel llama a María con un nombre nuevo, con el cual Dios la pensó desde la eternidad. Su nombre es Amada. Finalmente, la mujer llamada por nombre dice su “sí”, “Hágase en mí”.

La respuesta de María es una total entrega de sí misma. La Virgen se hace “seno acogedor”. Jesús viene e inaugura la nueva creación. La nueva creación es inaugurada por Hijo de Dios en el seno de María. Una nueva relación, ya no basada en la ley, sino en la acogida de su amor gratuito anunciado a María, la amada, por toda la humanidad. Antes de ser llamada para dar algo a Dios, la Virgen es llama a recibir un don de Dios. A recibirlo a él mismo. No importa si la llevará a darlo a luz en un establo, ella continuará confiando en Él y así podrá escuchar el canto de los ángeles que anunciaron los pastores. María vive y camina con la presencia de Dios dentro de ella. Rumia en la reflexión interior todas las palabras y los acontecimientos que acompañan el Nacimiento y toda su existencia. “Hágase”, un sí que repetirá cada día de su vida.

Sí, es la palabra de los enamorados, de los “locos”, como loco era llamado el padre Kolbe. El “loco de la Inmaculada”, se convierte en el loco del Señor.
Sí, dice el padre Kolbe para fundar la Milicia de la Inmaculada y llevar a Jesús, “nacido de una mujer”, al corazón del mundo.
Sí, repite cuando comienza la actividad editorial en Polonia.
Sí, para fundar y animar la ciudad de la Inmaculada.
Sí, dice una vez más y por última vez en el campo de Auschwitz, para que no maten al ser humano porque está hecho para un amor más grande.”[2]
Sí, para que el ser humano no se crea que Dios no existe o que si existe no le importen las personas. ¡Dios es amor! Y el campo se iluminó. Se vistió de luz. Y Dios se apuró a renacer en los corazones desanimados y desconfiados de los hombres y de las mujeres detrás de un alambre de púas. El alambre se rompió y se vislumbró una rosa, símbolo de amor,  signo visible del corazón que se entrega sólo a Dios, a su amor gratuito y para siempre! Y aquellos hombres y mujeres, que dirigiéndose hacia el rostro de Dios, sintiéndose mirados, se sintieron llamados por su verdadero nombre: Tú eres amado por mí, tú eres amada por mí. La luz los envolvió y una nueva palabra se abrió camino en las tinieblas: “Hoy, nos ha nacido un Salvador”.  

Si nos fiáramos de Dios y de su Palabra, también en los corazones de los hombres y las mujeres de este nuevo milenio, se rompería el alambre de púas de los deseos del dejarse estar porque "total ya no hay nada más que hacer". Se rompería el alambre de púas del resentimiento, del rencor, del odio que, como un pulpo con sus tentáculos de muerte, nos envuelve y nos ahoga. Y podríamos escuchar la palabra verdadera de Dios para nosotros, la palabra del amor, entregada a María desde siempre.
Un Niño, “nacido de una mujer”, cambia la historia. Un número, 16670[3], entre millones de otros números, ilumina la noche oscura del campo de Auschwitz. En la noche de Navidad, en la noche de todos los tiempos Dios irrumpe en el corazón del mundo y el tiempo se “llena”, se plenifica. Nace el amor.
Todos nosotros somos hombres y mujeres de este mundo “terrible y magnifico”[4] somos destinatarios del amor de Dios. Amados, nos ponemos en marcha por los caminos de la vida para contar la novedad que trae el Niño de Belén: ¡Dios te ama!

por la comunidad
Angela Esposito


[1] P. Alberto Maggi.
[2] Juan Pablo II
[3] Número de prisionero del padre Kolbe
[4] Pablo VI


jueves, 13 de noviembre de 2014

LA CELDA DEL AMOR, SIEMPRE ABIERTA - 14 DE NOVIEMBRE 2014

 ¡Lázaro, ven afuera!... tomo su lugar”.

En este mes de noviembre, dedicado a la conmemoración de nuestros queridos difuntos, meditamos, a partir del evangelio, el sentido de la vida eterna que es la vida vivida en Dios. En el Evangelio de Juan leemos: “Lázaro ha muerto” dice Jesús a sus discípulos… “Vayamos a verlo”… Marta… salió a su encuentro y le dijo: “Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto…”… “Tu hermano resucitará… Yo soy la Resurrección y la Vida.”… “Jesús lloró.” Éste es el único versículo en todo el evangelio que habla del llanto de Jesús. El llanto de Jesús, que rendiría mejor la expresión “derramó lágrimas”, o sea “lloró amargamente”. Jesús por la muerte de su amigo derramó lágrimas, “lloró amargamente”. Frente a la muerte, Jesús, siente una profunda turbación (v. 33: conmovido y turbado). Nuestro mal lo turba profundamente, más que si fuese suyo: lo trastornará a tal punto de tomar el lugar de Lázaro. De morir por cada uno de nosotros. Se deja “conmover, sacudir en su ser” por el dolor de las hermanas de Lázaro… y gritó fuerte: “¡Lázaro, ven afuera!”. Dios llora y grita. Un Jesús muy humano, un hombre como nosotros, que llora frente a la muerte de su amigo. Y junto a Dios, por nosotros, grita fuertemente para vencer el último enemigo, la muerte. Lázaro puede “salir” porque Cristo está entrando en la tumba: “entonces los sumos sacerdotes y los fariseos… decidieron matarlo”[1]. Un antiguo dicho según la mentalidad del pecado y de la muerte, decía: muerte tuya, vida mía. En esta situación se invierte: muerte mía, vida tuya.
Desde aquel día, del 14 de nisa del año 30 d.C. no podemos decir más, cuando estemos cerca de la hora de la muerte: “Señor, si hubieras estado aquí”. Porque el Señor Jesús está siempre aquí: no tiene que venir, porque nunca se ha ido y nunca nos va a dejar, porque él ha prometido que estará con nosotros todos los días. Nunca ha dejado de amarnos, está llorando con nosotros. Ha comenzado a resucitar.

El padre Kolbe, como todos, le tiene miedo a la muerte, pero se entrega con fe y abandono. Vence la muerte donando su vida. Escuchando el llanto de un condenado a muerte, se turba profundamente, que le pide al comandante del campo: “tomo su lugar”. “muerte mía, vida tuya” no es el desprecio del mundo, ni el desprecio del cuerpo. Es una donación de sí que contrarresta a la locura de los nazis. Contrarresta el mal del mundo.  Lo asume sobre sí, destruyéndolo en el fuego del amor. Juan Pablo II, en su primer viaje a Polonia, dirá en Auschwitz[2]: Maximiliano Kolbe alcanzó una victoria similar a la de Cristo mismo, a través de la fe y el amor... Obtuvo la más ardua victoria, la del amor capaz de perdonar y de olvidar”. Lo proclamó “ministro de la vida” en Niepokalanów[3], y “ministro de la muerte” en Auschwitz. San Maximiliano es ministro de la existencia porque cree que “la muerte no se improvisa. Se merece con toda la vida”. El domingo 16 de febrero, el día antes de su arresto, padre Maximiliano les dictó una meditación a sus frailes. Entre los puntos trató, el amor al prójimo y el perdón recíproco. “... Gracias al amor por la Inmaculada, soy capaz de perdonar siempre y completamente. Cuando el amor por la Inmaculada termina, desaparece también nuestro amor recíproco. La Inmaculada quiere que conservemos la armonía del amor. Queridos hijos, si en esta tierra vivimos en el amor, estamos ya pregustando el cielo. Todo pasará, pero el amor permanece para siempre. Con el amor entraremos en la vida eterna, y en el cielo, en la presencia de la Inmaculada, el amor será purificado y llevado al grado más alto. Al día siguiente, lunes 17 de febrero, dejando el convento de Niepokalanów para ser deportado, les hace una sola recomendación a sus frailes: “en cualquier lugar donde vayan no olviden el amor”. El amor es el respiro de su vida. Ha comprendido lo esencial: el amor es más fuerte de la muerte[4]. Con esta visión de vida podemos cantar: “aquella paz y felicidad que nos llenará en el momento de la muerte el pensamiento de que habremos trabajado y sufrido mucho por la Inmaculada.”[5]
¡Qué gracia poder decir también nosotros, sobre nuestro lecho de muerte, estas mismas palabras y lo que el padre Kolbe le confió a Rodolfo Diem, médico de Auschwitz: “He pedido de poder amar a todos sin límites, he consagrado mi vida para hacer el bien a todos los hombres”.
¡Qué la vida de cada uno de nosotros sea un himno al amor! ¿Y la muerte? Un abrazo con el Rostro siempre buscado, siempre deseado y por fin encontrado.


Angela Esposito
por la comunidad



[1] Jn 11, 11-52
[2] 7 de junio 1979
[3] 18 de junio 1983
[4] Cf. Ct 8,6
[5] EK 1159

viernes, 10 de octubre de 2014

CELDA DEL AMOR - 14 DE OCTUBRE 2014

Padre Kolbe, el misionero 
“en salida”. Una vida en salida

El centro de nuestra reflexión para este mes misionero, es el Mensaje para la Jornada mundial de las misiones del Papa Francisco. Recordamos juntos algunos pasajes más sobresalientes. El Papa nos invita a “salir hacia la humanidad”.... Hoy en día todavía hay mucha gente que no conoce a Jesucristo. La iglesia es misionera por naturaleza: la iglesia ha nacido “en salida”… Quisiera ofrecer una imagen bíblica, que encontramos en el Evangelio de Lucas (cf.10,21-23). El evangelista cuenta que el Señor envió a los setenta discípulos, de dos en dos, a las ciudades y pueblos, a proclamar que el Reino de Dios había llegado, y a preparar a los hombres al encuentro con Jesús. Después de cumplir con esta misión de anuncio, los discípulos volvieron llenos de alegría: la alegría es un tema dominante de esta primera e inolvidable experiencia misionera[1]. “La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús.” (EG 1)

Padre Kolbe es un misionero ardiente, apasionado de Dios y del ser humano. Considera el apostolado, no como una cuestión de táctica organizativa, sino como reflejo de la riqueza de gracia de un corazón conquistado por Dios mediante el ofrecimiento de sí a la Inmaculada. Dirá que “el apostolado es una obra sublime, muy sublime, es una colaboración (si se puede expresar así) con Dios mismo en la obra de perfección, de santificación y de hacer felices a los hombres.”[2] Por este motivo da inicio a la Milicia de la Inmaculada[3], Asociación eclesial: a la que pueden pertenecer todos: consagrados y laicos.

Como la Iglesia, también la Milicia de la Inmaculada nació “en salida”. ‹Se llama “Milicia” porque aquellos que se consagran a la Inmaculada... desean conquistar para la Inmaculada, lo más pronto posible, el mundo entero y cada una de las almas sin excepción. ›[4]
Padre Kolbe es el misionero siempre en “salida” desde el momento de la formación. Su salud es frágil, tiene tuberculosis. No se puede quedar tranquilo adentro del convento, se siente quemar por la pasión por el Reino de Dios y quiere conquistar todo el mundo a la Inmaculada. En 1925, en un artículo de su revista, define el perfil del misionero: “este no reduce su corazón sólo a sí mismo y a su familia, a los parientes y vecinos, a los amigos, a los compatriotas, sino que abraza junto con ellos al mundo entero, a todos y a cada uno, ya que todos los redimidos por la Sangre de Jesús, sin ninguna excepción, son nuestros hermanos.”[5]

Es el hombre del éxodo. Solo después de tres años de la Fundación de Niepokalanów parte en misión porque, como el mismo dirá: “Mi mirada es atraída hacia nuevos horizontes”[6] y con cuatro frailes se aventuran hacia el oriente. El celo misionero del padre Kolbe es asombroso: sus confines son el mundo entero. El pobre de los pobres dio empuje a la “globalización” de los pobres. Naturalmente el padre Kolbe no conoce el término “globalización”, pero de hecho lo concreta en el sentido que quiere llegar a todos para llevarles la Buena Noticia.

Es atraído por vocación al “siempre más”, al “siempre mejor” porque la alegría del Evangelio alcance hasta los confines de la tierra. Al respecto tiene una expresión muy linda: “No mañana, ni siquiera esta noche, sino ahora. No poco, sino mucho. No una sola región sino el mundo entero”, porque “cuando el fuego del amor se inflama, no encuentra sitio en el corazón, sino que se propaga fuera de él, enciende, devora, absorbe, otros corazones. Conquista cada vez más almas para su ideal, para la Inmaculada”[7] y esto lo más pronto posible, lo más pronto posible.
“Lo más pronto posible” es una expresión que está muy presente en el vocabulario misionero del padre Kolbe. “Lo más pronto” y “en salida” para estar dentro de los problemas de la gente. Para anunciar un Dios enamorado del ser humano.

En camino, sin parar, hasta el fin de su vida, cuando sale de la fila para ofrecer su vida en lugar de un padre de familia. En salida hacia el Bunker de la muerte para acompañar a sus compañeros a morir con dignidad, cantando las alabanzas de Dios, rezando y suplicando el perdón para sus verdugos. En salida para entrar y sumergirse en los abismos del infierno de Auschwitz. En los abismos del odio.  

 “Murió un hombre y se salvó la humanidad”[8]: Nos alegramos por este testimonio de amor que hizo brillar la fuerza del evangelio en las tinieblas del mal. Cantamos con María nuestro Magnifcat por llevar la alegría del Evangelio. Que ninguna periferia sea privada de su luz. Que todos entren en este río de alegría!

Angela Esposito



[1] Mensaje del Papa Francisco para la jornada mundial de las misiones. http://w2.vatican.va/content/francesco/es/messages/missions/documents/papa-francesco_20140608_giornata-missionaria2014.html
[2] EK 1071
[3] Asociación  de fieles,  publica e internacional, de derecho pontificio, aprobada el 16 octubre 1997.

[4] EK 1327
[5] EK 1088
[6] EK 503
[7] EK 1325.
[8] Juan Pablo II en Auschwitz, junio 1979.


sábado, 13 de septiembre de 2014

LA CELDA DEL AMOR, SIEMPRE ABIERTA - 14 DE SEPTIEMBRE 2014

Padre Kolbe, el hombre “que se anima a dejar”

«Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz, como lo has prometido, porque mis ojos han visto la salvación que preparaste delante de todos los pueblos: luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel». (Lc 2, 29-32).


Simeón está delante de Jesús y brota su canto. “Ahora, Señor, puedes dejar...” Este canto que Simeón ha cantado al atardecer de su vida y la liturgia nos lo hace rezar al atardecer cada día, es el canto de quien se siente liberado de un peso que dentro está siendo insostenible.

 “Ahora, Señor, puedes dejar...”, para decir: finalmente, Señor, “mis ojos han visto la salvación que preparaste delante de todos los pueblos”. Simeón está en el atardecer de su vida, ve a Jesús y dice: ahora que mis ojos te han visto, no tengo más miedo de morir. No tengo más miedo de esta inquietud que me quemaba dentro, de esta noche que no quería atravesar. No tengo más miedo porque mis ojos te han visto,  Jesús. Tú estás, tú estás conmigo. “Tú eres luz para iluminar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel”.

 “Ahora, Señor, puedes dejar...”: es la disponibilidad de Simeón a dejar su propio mundo, ahora que ha visto la salvación” entró la luz. Simeón nos ayuda a estar preparados para dejar lo que nos presentan los varios momentos de la vida, o porque ya somos ancianos, o enfermos o por otros motivos. Simeón nos ayuda a vivir el desapego de las personas, de las cosas con una gran serenidad de ánimo.
  
Cuantos hombres y mujeres desprendidos, “que dejan ir”, si así los podemos llamar, encontramos en nuestro camino.

Etty Hillesum, a la vigilia de su deportación a Auschwitz, escribe: “Me han dicho: una persona como usted tiene el deber de salvarse a sí misma, tiene tanto que hacer en la vida, tiene todavía mucho que dar... Si Dios decide que yo tenga tanto que hacer, bueno, entonces lo haré... y si no puedo sobrevivir, se verá quién soy de como moriré”.

“Antes de emprender algún trabajo, cuenta un fraile de Niepokalanów, elaboraba con el pensamiento los medios, la manera y el método de la acción, después confiaba la obra a la Providencia, a través de la Inmaculada. Cuando le preguntaban:  “¿Qué pasaría , Padre, si su trabajo no se logra concretar?. El responde con calma: “Es obra de la Inmaculada, Ella proveerá”.

En poquísimo tiempo Niepokalanów se había convertido el centro de medios más grande de Polonia. Antes de que estallara la segunda guerra mundial, se editaban 9 periódicos (uno en latín para el clero del todo el mundo), libros, opúsculos, volantes y propagandas. Existía también, una frecuencia de radio con su redacción y se estaba ya pensando en la televisión, en relación a esta última estaba en una fase de experimento.

Los periódicos en Niepokalanów eran los más leídos en Polonia. La tirada media mensual del “El Caballero de la Inmaculada”, en los años ’30, era de 700 mil copias, la del “Calendario del Caballero de la Inmaculada” era alrededor de 380 mil. El Maly Dziennik (pequeño diario) cotidiano católico, con una gran tirada de copias, salía en 7 ediciones diferentes, para cada región polaca.
Como en Polonia, también en tierra japonesa, Maximiliano Kolbe decide poner las propias energías en la evangelización, en la formación de las conciencias e inflamar los corazones con el fuego del Evangelio.
Siempre yendo más allá, padre Kolbe proyecta de imprimir y difundir el “Kishi” en toda China. “Pienso también en la India, en Aman y la cuenca siríaca para los idiomas: árabe, turco, hebreo”, así escribe el 1930 al Padre Cornelio Czupryk. Funda en tierra japonesa el primer seminario de su orden.

En el apogeo de su actividad apostólica y misionera anuncia a sus frailes que, cuando aunque todo fuera destruido, lo que queda es el amor. El padre Kolbe, el hombre de los grandes proyectos editoriales, razona en términos de los medios-mediáticos. Sueña un mundo por evangelizar y termina sus días en Auschwitz en la celda del hambre. Se ofrece espontáneamente para salvar a un padre de familia.

Con el martirio se convirtió en un testimonio creíble de la civilización del amor porque ha creído que se recibe la vida cuando se dona. El sí de “sólo del amor crea” es un sí fecundo. Engendra continuamente y llegamos al Papa Benedicto XVI: “En este momento siento en mí una gran confianza porque el Evangelio es la fuerza de la Iglesia, purifica, renueva, da fruto. Ésta es mi confianza, ésta es mi alegría”.

 Para las mujeres y los hombres “que se animan a dejar” Dios es más importante que el trabajo que se les ha confiado. Lo que cuenta es que la obra de Dios vaya adelante con ellos o sin ello. Es difícil el desapego, es difícil hacerse a un lado. Es necesario fijar la mirada en el Absoluto para poder decir con santa Teresa de Ávila: “Solo Dios basta”. Solos no podemos, como Simeón necesitamos ir al templo y “estrechar entre los brazos a Jesús, que está en brazos de María, su madre” (Lc 2,28)
  

Angela Esposito
para la comunidad


Manda tu pedido a: 

celakolbe@kolbemission.org


miércoles, 13 de agosto de 2014

CELDA DEL AMOR - MES DE AGOSTO 2014

14 de Agosto de 2014
La Inmaculada: Mujer Eucarística


En la celebración Eucarística, subraya Juan Pablo II, nosotros recibimos siempre, con el memorial de la muerte de Cristo, también el don de María, regalo que recibimos a los pies de la cruz en la persona de Juan: “Aquí tienes a tu Madre”. “Vivir en la Eucaristía el memorial de la muerte de Cristo implica también recibir continuamente este don. Significa tomar con nosotros, a ejemplo de Juan, a quien una vez nos fue entregada como Madre. Significa asumir, al mismo tiempo, el compromiso de conformarnos a Cristo, aprendiendo de su Madre y dejándonos acompañar por ella. María está presente con la Iglesia, y como Madre de la Iglesia, en todas nuestras celebraciones eucarísticas.”1

Como se evidencia en el pensamiento de Juan Pablo II, existe una estrecha relación entre la Eucaristía y la Madre del Señor. Relación que siempre ha intuido y contemplado el Padre Kolbe. En la encíclica Redentoris Mater Juan Pablo II afirma: “María guía a los fieles a la Eucaristía. El Padre Kolbe está plenamente convencido porque la Inmaculada, habiendo llegado al grado más alto de unión con Cristo, Ella como gran experta, puede guiarnos a la más alta escala del amor divino, enseñándonos maravillosamente a recibir y a gozar de Jesús Eucaristía.

De esta realidad nace como una necesidad de vida el confiarse plenamente a Ella para hacer verdaderamente de la Eucaristía, el centro de la vida interior y el secreto de la santidad. Se convierte en una necesidad de vida donar todo aquello que Dios pone en sus manos y desea a sus hermanos de Mugenzai no Sono de dejarse penetrar cada vez más por sus pensamientos, sus intenciones y su amor que Ella, la Inmaculada, tenía por Jesús en la Eucaristía”2. Para Fray B. Mieczkowski “es la Inmaculada que, como verdadera Madre, ha enseñado a su Hijo Maximiliano una autentica adoración del Rey del amor y lo ha animado en la unión cordial con Jesús. Ella le ha enseñado como se ama a Jesús, es más, le ha concedido de amarlo según su corazón”

María es Aquella que, en la unión con Cristo, llega al grado más alto, por esto Padre Kolbe pide a sus hermanos de Mugenzai no Sono, de dejarse penetrar siempre más de sus pensamientos, de sus intenciones, del amor que la Inmaculada tenía por Jesús en la Eucaristía. En un escrito dirá: “Ella te enseñará a corresponder a Jesús con un amor sin medida, por el amor que Él demostró en la cruz y en el Ssmo Sacramento del altar”3.

“No hay mejor preparación a la santa comunión que ofrecerla a la Inmaculada. Ella prepara nuestro corazón de la mejor manera... lo transformará en una morada digna de Jesús, para acogerlo como Ella sola lo sabe hacer... podremos estar seguros de procurar así a Jesús la mayor alegría, de manifestarle el amor más grande”4. “Y después de la sagrada comunión rezaremos nuevamente a la Inmaculada para que Ella misma quiera tener la compañía de Jesús presente en nuestra alma y hacerla tan feliz como nadie ha podido hasta ahora”

Completamente entregado a la Madre, padre Kolbe se deja compenetrar siempre más del grande misterio que es la Eucaristía, que para él es verdaderamente “el Dios encarnado y escondido bajo la apariencia del pan”5 bajo las apariencias de cada hombre y mujer que vive al lado. Por esto, como hace mención fray Borodziej, el padre Maximiliano “no tenía apuro en construir iglesias espléndidas y adquirir vasos sagrados. Una vez, en Niepokalanów, se enfermó un fraile y en el convento faltaba de todo, también la plata para comprar los remedios necesarios para su recuperación. Entonces el padre Maximiliano llamó a fray Dudek que era enfermero y también sacristán, y le pregunta cuántos cálices tiene y le responde “dos”, entonces le dijo: “agarrá uno, vendelo en Varsavia y comprá todo lo que se necesita para curar al enfermo”. Cuando vio a fray Giorgio desconcertado y maravillado, agrega: “Para salvar el templo vivo, en el cual Jesús cada día recibe acogida, se puede vender un vaso sagrado”.

Conclusión:
En el 37° Congreso Eucarístico Internacional celebrado en 1960 en Mónaco, Alemania, el arzobispo Nicolás Canino, miembro de la MI, celebró la Misa y subrayó en la homilía: “Padre Kolbe, según el ejemplo de Cristo, que dio la vida por el hermano, nos invita a seguir sus huellas para conducir el mundo a Cristo a través de la Inmaculada. Lo mismo el Cardenal Julio Dopfner, indicó a todos los congresistas, al mártir de la caridad, como ejemplo para imitar con estas palabras: “Solo con hombres como el Padre Kolbe que viven íntegramente su cristianismo, podemos hoy acercar y conducir a todas las personas perdidas a la casa del Padre, y así a la salvación”6.

Muchas veces Juan Pablo II habló de s. Maximiliano viendo en el mártir de Auschwitz “el modelo del sacerdote moderno”7, la encarnación viviente del sacerdote y de la misión a la cual es llamado”. En el tiempo en el que era Cardenal, Karol Wojtyla había expresado lo siguiente, que resume perfectamente la figura del Padre Kolbe: “La Eucaristía se convirtió en la realización de su vocación y de su vida”. Y Mons. Andrea Casarano, después de la canonización, dirá: “el ejemplo admirable del padre Kolbe, conseguirá sacudir la apatía del siglo, reforzará la fe de los pueblos católicos, reavivará el amor a la Virgen, gritará a los que están perdidos toda la belleza del sacerdocio católico, reconducirá a los que están extraviados al seno materno de la Santa Iglesia” 8

Para nosotros
Al final de estas reflexiones sobre el “Padre Kolbe y la eucaristía” que venimos compartiendo estos tres meses, podemos parafrasear las palabras de Mons. Andrea Casarano y preguntarnos: ¿lograremos nosotros dejarnos sacudir de la apatía de nuestro tiempo e inflamarnos por el Señor? Nos dejamos guiar de la misma Palabra de Dios: “En cuanto recibió el bocado, Satanás entró en él... Y en seguida, después de recibir el bocado, Judas salió. Ya era de noche”9.

Judas salió, comenta Benedicto XVI, en un sentido más profundo, entra en la noche, se va de la luz hacia la oscuridad, el “poder de las tinieblas” lo ha aferrado”10. El Padre Kolbe se nutre de la mesa del amor y con la madre a su lado y en su corazón, se deja contagiar y encender del poder del crucifijo. Crucificado por amor. Toda su vida fue una llama ardiente de amor encendida y alimentada de la Inmaculada y se ha convertido en testigo de luz en las tinieblas del mundo.

A cada uno de nosotros Jesús nos deja la libertad de decirle que sí. No hay tantos “modos de llevar a María”. Para padre Kolbe hay uno solo: “Acogerla, dejarse transformar, llegar a transformarnos en Ella, convertirnos en Ella para conformarnos a Jesús Eucaristía. Y también nosotros seremos “panes partidos”. También nosotros, en este mundo oscuro, seremos luz!

Juan Pablo II, Ecclesia de Eucharistia, 57
Cf. SK 757.
EK 715.
EK 643
EK 988 A 
Angela
por la comunidad


martes, 12 de agosto de 2014

VELADA KOLBIANA

SAN MAXIMILIANO, UN HOMBRE FELIZ!



Introducción: Deseamos vivir esta noche en preparación al día de la memoria del gesto de amor de San Maximiliano siguiendo la invitación del papa Francisco a redescubrir la alegría del Evangelio que se renueva y se comunica anunciándolo con el propio testimonio así como ha animado toda la vida y la misión de Padre Kolbe.

Invitación a la alabanza

Guía: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Asamblea: Amén

Canto

Guía: Bendito sea el Señor Dios, Trinidad de amor: luminosas son sus obras, misericordiosos sus caminos. A Él dé gloria toda criatura. El bendiga y exalte toda criatura.

Asamblea: Tuya es la gloria, el honor y la adoración Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre. Amén

Invocación al Espíritu:
1L.-  Ven a nosotros, Espíritu de Cristo,
Ven a juzgarnos, frágiles discípulos,
Desviados de miles tentaciones, siempre necesitados de 
conversión.

Estribillo

2L.-  Tú has iluminado a los hombres de fe
de todos los pueblos y de todo tiempo;
has inspirado a los profetas y sostenido a los mártires;
has guiado a Jesús de Nazaret y a sus primeros discípulos;
has sostenido y sostienes la Iglesia
en su dificultoso navegar en las tempestades de la historia.

Estribillo


Asamblea.-Haznos comprender, sobre las huellas del padre Kolbe,
   la fuerza del Evangelio de la cruz,
   releído con los ojos de los pobres y de los humildes,
   anunciado hasta los confines de la tierra.
   Amén.

Iº Momento

No estoy yo aquí, que soy tu Madre?

 Lectura del evangelio de San Lucas

Por entonces María tomó su decisión y se fue, sin más demora, a una ciudad ubicada en los cerros de Judá.. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Al oír Isabel su saludo, el niño dio saltos en su vientre. Isabel se llenó del Espíritu Santo. Y exclamó en alta voz: «¡Bendita tú eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! Cómo he merecido yo que venga a mí la madre de mi Señor? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de alegría en mis entrañas. ¡Dichosa tú por haber creído que se cumplirían las promesas del Señor!»

Canto (Grabador Proclama mi alma baile)

Del Papa Francisco:
Cada vez que miramos a María volvemos a creer en lo revolucionario de la ternura y del cariño. En ella vemos que la humildad y la ternura no son virtudes de los débiles sino de los fuertes, que no necesitan maltratar a otros para sentirse importantes.
Ella es la misionera que se acerca a nosotros para acompañarnos por la vida, abriendo los corazones a la fe con su cariño materno. Como una verdadera madre, ella camina con nosotros, lucha con nosotros, y derrama incesantemente la cercanía del amor de Dios. (E.G. 288. 286)

G. Con María avanzamos confiados y le decimos:

Virgen y Madre María,
tú que, movida por el Espíritu,
acogiste al Verbo de la vida
en la profundidad de tu humilde fe,
totalmente entregada al Eterno,
ayúdanos a decir nuestro «sí»
ante la urgencia, más imperiosa que nunca,
de hacer resonar la Buena Noticia de Jesús.

Consíguenos ahora un nuevo ardor de resucitados
para llevar a todos el Evangelio de la vida
que vence a la muerte.
Danos la santa audacia de buscar nuevos caminos
para que llegue a todos 
el don de la belleza que no se apaga.

Estrella de la nueva evangelización,
ayúdanos a resplandecer en el testimonio de la comunión,
del servicio, de la fe ardiente y generosa,
de la justicia y el amor a los pobres,
para que la alegría del Evangelio
llegue hasta los confines de la tierra
y ninguna periferia se prive de su luz.
Madre del Evangelio viviente,
manantial de alegría para los pequeños,
ruega por nosotros.
Amén. Aleluya.

De los escritos de san Maximiliano:

Espero que con la ayuda de la Inmaculada, consigas llevar a cabo lo que habías iniciado y perseverar en tu puesto hasta la muerte gloriosa. La verdad que no sería digno de un caballero desertar por ningún motivo. La vida es breve, estos pocos años que vivimos sobre esta tierra pasan muy deprisa: ¿Cómo se les podría privar de la entrega que de ellos hicimos a la Inmaculada? Se muy bien que a veces la vida en la tierra de misión es dura; sin embargo, intenta imaginar lo dulce que será el momento de la muerte para aquel que, en aquel instante supremo, pueda decir que ha ofrecido mucho, muchísimo en sacrificio a la Inmaculada. Reza en las dificultades, reza mucho y obtendrás la preciosa gracia de la perseverancia. La Inmaculada te bendiga. (EK 813)

Momento de silencio reflexivo

San Maximiliano, María te ha hecho similar a Ella misma, te ha nutrido con la leche de su gracia. Ayúdanos a dejarnos guiar solamente por Ella, a dejarnos plasmar siempre más libremente por Ella.

Gesto:   Los representantes de los distintos grupos ofrecen una flor a la Virgen como signo de nuestra entrega a Ella a través de la consagración a la Inmaculada

Canto:

2º Momento

¡No nos dejemos robar la alegría evangelizadora!

Lectura del evangelio de San Juan

Así también ustedes ahora sienten tristeza, pero yo los volveré a ver y su corazón se llenará de alegría, y nadie les podrá arrebatar ese gozo.

Del Papa Francisco:
La alegría del Evangelio es esa que nada ni nadie nos podrá quitar (cf. Jn 16,22). Los males de nuestro mundo —y los de la Iglesia— no deberían ser excusas para reducir nuestra entrega y nuestro fervor. Mirémoslos como desafíos para crecer. Además, la mirada creyente es capaz de reconocer la luz que siempre derrama el Espíritu Santo en medio de la oscuridad, sin olvidar que «donde abundó el pecado sobreabundó la gracia» (Rom 5,20). Nuestra fe es desafiada a vislumbrar el vino en que puede convertirse el agua y a descubrir el trigo que crece en medio de la cizaña. (E.G. 84)  Llamados a iluminar y a comunicar vida, finalmente se dejan cautivar por cosas que sólo generan oscuridad y cansancio interior, y que apolillan el dinamismo apostólico. (E.G. 83)

G. La riqueza de los dones y la magnificencia de las vestiduras de la esposa, de la que nos habla el salmo 44, nos indican los dones de la gracia y de la vida interior con que el esposo la ha adornado y la variedad de los pueblos que ella lleva en sí misma y su fecunda maternidad espiritual. Con el salmista alabemos el nombre del rey con todos los pueblos de la tierra:

Una hija de reyes está de pie a tu derecha:
es la reina, adornada con tus joyas y con oro de Ofir.
¡Escucha, hija mía, mira y presta atención!
Olvida tu pueblo y tu casa paterna,
y el rey se prendará de tu hermosura.

El es tu señor: inclínate ante él;
la ciudad de Tiro vendrá con regalos
y los grandes del pueblo buscarán tu favor.
Embellecida con corales engarzados en oro
y vestida de brocado, es llevada hasta el rey.

Las vírgenes van detrás, sus compañeras la guían,
con gozo y alegría entran al palacio real.

Tus hijos ocuparán el lugar de tus padres,
y los pondrás como príncipes por toda la tierra.
Yo haré célebre tu nombre por todas las generaciones;
por eso, los pueblos te alabarán eternamente.

De los escritos de san Maximiliano:
Pues bien, ustedes saben cuántas personas en el mundo no conocen aún a Dios, no conocen a la Inmaculada y, por consiguiente, a veces se preguntan hasta el porqué de su existencia. Estos no poseen la felicidad, sobre todo en las dificultades de la vida y en los sufrimientos. No saben que el fin del hombre es Dios y que toda realidad de este mundo es sólo un medio para llegar a Dios en la eternidad, en el paraíso. No saben que la Mediadora de todas las gracias, la madre espiritual de todos los hombres es María Inmaculada; no saben que recurriendo a Ella, amándola, se acercan a Dios de la manera más fácil y más rápida. (EK 758)
        
Momento de silencio reflexivo

Gesto. Encendemos algunas antorchas como compromiso de nada ni nadie nos robe la alegría de evangelizar haciendo nuestras pas palabras de San Maximiliano : «Cuando el fuego del amor se enciende, no puede quedar encerrado en los límites del corazón, si no que desborda, incendia, devora, conquista otros corazones, conquista almas siempre más numerosas al propio ideal, la Inmaculada».

Canto:

3 Momento 
“Navega mar adentro...”

Lectura del evangelio de San Lucas

“cuando terminó de hablar, dijo a Simón: “Navega mar adentro, y echen las redes”.(Lc 5,4)

Del Papa Francisco:
Los desafíos están para superarlos. ¡Seamos realistas, pero sin perder la alegría, la audacia y la entrega esperanzada!
Pequeños pero fuertes en el amor de Dios, como san Francisco de Asís, todos los cristianos estamos llamados a cuidar la fragilidad del pueblo y del mundo en que vivimos. (E.G. 109 y 216)

G.- El Salmo 111 celebra la grandeza y la felicidad del hombre justo. Su vida bendecida por Dios, es recordada aun después de la muerte. Con toda la Iglesia contemplamos la fecundidad del padre Kolbe con las palabras del Salmo:

Feliz el hombre que teme al Señor
y se complace en sus mandamientos.
Su descendencia será fuerte en la tierra:
la posteridad de los justos es bendecida.

En su casa habrá abundancia y riqueza,
su generosidad permanecerá para siempre.
Para los buenos brilla una luz en las tinieblas:
es el Bondadoso, el Compasivo y el Justo.

Dichoso el que se compadece y da prestado,
y administra sus negocios con rectitud.
El justo no vacilará jamás,
su recuerdo permanecerá para siempre.

No tendrá que temer malas noticias:
su corazón está firme, confiado en el Señor.
Su ánimo está seguro, y no temerá,
hasta que vea la derrota de sus enemigos. 

El da abundantemente a los pobres:
su generosidad permanecerá para siempre,
y alzará su frente con dignidad.

Canto: mientras entran las reliquias

Del Libro el martirio de San Maximiliano Kolbe
 “Quisiera y desearía ser reducido a polvo por la causa de la Inmaculada, por la causa de Dios, y que este polvo mío fuese esparcido al viento y así se expanda en todo el mundo. De modo que no quede nada: ahora por lo tanto será perfectamente completa en mí la donación a la Inmaculada”. (Bar Joachim, el martirio de san Maximiliano Kolbe)

Guía: «El decimocuarto día, vísperas de la Asunción, fue dada la orden de dar el golpe de gracia a los sobrevivientes…
Así murió Maximiliano Kolbe, y con él, el niño puro que había amado  a la Virgen con todo su corazón: así murió el joven sacerdote entusiasta, que había anotado en su diario la decisión de dedicarse a los demás hasta el sacrificio supremo; así murió el prisionero que alguna vez deseó que sus cenizas fueran esparcidas por el viento y que, el día de la Asunción, no era más que cenizas en la boca de un crematorio, así terminó en el silencio y en el abandono, aquella vida de la cual no queda nada más que el amor

Canto final


Entrega del recuerdo