martes, 13 de octubre de 2015

LA CELDA DEL AMOR, SIEMPRE ABIERTA - 14 DE OCTUBRE 2015

 “¡Ay de mí si no predicara el Evangelio!” (1 Cor 9,16). 




 “¡Ay de mí si no predicara el Evangelio!” (1 Cor 9,16). Es la Palabra clave del Mensaje para la Jornada mundial de las misiones 2015. Reflexionemos juntos algunos pasajes en clave misionera.

El Papa Francisco con convicción profunda y estupor afirma que "la misión es parte de la "gramática” de la fe, es algo indispensable para cualquier persona que escucha la voz del Espíritu que susurra "ven" y "anda." El verdadero misionero, que nunca deja de ser discípulo sabe que Jesús camina con él, habla con él, respira con él, trabaja con él, percibe a Jesús vivo con él en medio de la tarea misionera.” (EG, 266)

La misión es una pasión por Jesús pero, al mismo tiempo, una pasión por su pueblo. Cuando nos detenemos ante Jesús crucificado, reconocemos todo su amor que nos dignifica y nos sostiene, pero allí mismo, si no somos ciegos, empezamos a percibir que esa mirada de Jesús se amplía y se dirige llena de cariño y de ardor hacia todo su pueblo. (cfr. ibid. 268).

¿Cómo no pensar en las palabras del Padre Kolbe, cuándo dice: “se ve que desean (Jesús y la Inmaculada) que usted ofrezca la mano a estos miserables “haciéndose guía de muchas, muchas almas para conducirlas a Dios por medio de la Inmaculada. Hermosa misión por la que vale la pena vivir, sufrir, trabajar y hasta morir?” (SK 31)

El corazón misionero del padre Kolbe late a 360º y en 1927 comienza a construir, la Ciudad de la Inmaculada, Niepokalanów, aproximadamente a 40 km de Varsovia, no teniendo absolutamente nada. No había un sistema de comunicación muy veloz para él. "El vehículo del misionero, solía decir, debe ser el último modelo de avión porque si Niepokalanów quiere lograr el objetivo que se propuso: difundir a la Inmaculada y el Evangelio en todos los rincones de la tierra, debe izar su bandera en las editoriales de los periódicos, las agencias de prensa, en las antenas de radio, en las instituciones artísticas y literarias, los teatros, las salas de cine. En los parlamentos, los senados, en una palabra, en todos los extremos de la tierra... a fin de comunicar la verdad a todos los hombres: Jesús es el Señor. Sembrar en cada corazón palabras de vida. "

Y es así que el papel impreso se convierte, día a día, en el alma de su apostolado.

En la primavera de 1930, con cuatro hermanos, llega a Nagasaki, Japón. Pasa por Puerto Said, Colombo, Singapur, Hong Kong y Shanghái Saigón, se queda en estos lugares de paso para investigar la posibilidad de crear un nuevo centro editorial del Caballero de la Inmaculada. Para ello deja en Shanghái dos de sus hermanos.

En 1930, escribe al P. Cornelio: "Pienso en China, pero también en la India y en la cuenca siríaca para los siguientes idiomas: árabe, turco, hebreo. Pienso imprimir y difundir el Kishi por toda China." (EK 253). Sin dinero, sin conocer el idioma, sin tener nada en absoluto, un mes después de su llegada, en un telegrama a Niepokalanów anuncia la publicación del 1º número de "Kishi", el Caballero en japonés. Es la primera vez en la historia de Japón, que una revista es redactada por occidentales.

 “¡Ay de mí si no predicara el Evangelio” (1 Cor 9,16). Los consagrados están llamados a promover en la pastoral de la misión la presencia de los fieles laicos.
Profundamente convencido el padre Maximiliano, desde el inicio, intenta buscar colaboradores para la evangelización. "El problema más apremiante que enfrenta la publicación para garantizar su supervivencia es la colaboración con los laicos"[1]. Maximiliano Kolbe se revela un gran organizador y capaz de reunir a su alrededor colaboradores, a través de cuya cooperación, que deseaba y buscaba constantemente, cree que puede penetrar el espíritu del Evangelio en cada pliegue de la realidad humana. "Nosotros, dijo el padre Maximiliano a sus hermanos, junto con los laicos abrazaremos al mundo entero." [2]

El Padre Maximiliano sabía encender en el corazón de las personas la dedicación gratuita para la causa de la Inmaculada. En Grodno las personas iban gustosas a dar una mano, especialmente  los niños y jóvenes. Algunos niños llegaban a la editorial directamente de la escuela, después de clase. También en Niepokalanów los vecinos iban a ayudar a los frailes. En Nagasaki, sólo gracias a los voluntarios, Padre Maximiliano pudo publicar a un mes de su llegada el Caballero en japonés.

San Maximiliano, a sus colaboradores que se ofrecían espontáneamente para ayudarlo en su misión evangelizadora, le asignaba las tareas de acuerdo con sus habilidades y destrezas. Cuando era necesario les hacía hacer cursos de formación específica. Involucraba a los frailes y a los laicos aceptando sus comentarios y propuestas. Estaba siempre atento para que los colaboradores fueran conscientes de trabajar para la mayor gloria de Dios.
Más allá de todo, transmitía la alegría de decir a cada uno quien nos da la fortaleza y la esperanza a nuestras vidas.

Padre Maximiliano es un hombre marcado a fuego por esa misión de iluminar, bendecir, vivificar, levantar, sanar, liberar.[3]

En 1936 padre Kolbe regresa a Polonia. Sus proyectos misioneros sufren un giro brusco. Soñaba con una avalancha de papel impreso que forrara el mundo con el mensaje de la Inmaculada. Soñaba con nuevos territorios, nuevas culturas para evangelizar, construir nuevas ciudades para la Inmaculada. Su empuje misionero no se ahogó ni obstaculizó por el odio de sus perseguidores, siguió dando frutos y, aún hoy, desde su celda resuena la enseñanza que nos dejó como testamento espiritual: "El odio no es una fuerza creadora. Sólo el amor crea."

Estamos llamados a ser testigos de la verdad que intentamos vivir. "¡Ay de mí si la evangelización no me evangeliza!" (M. Delbrel). El Padre Kolbe le hace eco a esta verdad: "Cada uno de ustedes esfuércese no tanto para cambiar el ambiente, cuanto por llegar a ser cada vez mejor él mismo.”5

Angela Esposito



[1] Cfr. M. Kolbe, Conferencia Acción Católica, Cracovia 1919, p. 85.
[2] A cuidado del Comité de Redacción,  Niepokalanów 1970. En las notas siguientes la cita será indicada con la abreviatura PMK.
[3] Cfr. EG 273.

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Una Familia en fiesta! 60 años impulsados porr un sueño...

jueves, 1 de octubre de 2015

60 AÑOS IMPULSADOS POR UN SUEÑO...

 Sobre los pasos de la memoria,
 porque recordar es traer al corazón, y tener una historia por la cual estar agradecidos, memorias y momentos que constituyen el mosaico de nuestra identidad. 
Recordar para celebrar, celebrar para vivir.

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