miércoles, 13 de agosto de 2014

CELDA DEL AMOR - MES DE AGOSTO 2014

14 de Agosto de 2014
La Inmaculada: Mujer Eucarística


En la celebración Eucarística, subraya Juan Pablo II, nosotros recibimos siempre, con el memorial de la muerte de Cristo, también el don de María, regalo que recibimos a los pies de la cruz en la persona de Juan: “Aquí tienes a tu Madre”. “Vivir en la Eucaristía el memorial de la muerte de Cristo implica también recibir continuamente este don. Significa tomar con nosotros, a ejemplo de Juan, a quien una vez nos fue entregada como Madre. Significa asumir, al mismo tiempo, el compromiso de conformarnos a Cristo, aprendiendo de su Madre y dejándonos acompañar por ella. María está presente con la Iglesia, y como Madre de la Iglesia, en todas nuestras celebraciones eucarísticas.”1

Como se evidencia en el pensamiento de Juan Pablo II, existe una estrecha relación entre la Eucaristía y la Madre del Señor. Relación que siempre ha intuido y contemplado el Padre Kolbe. En la encíclica Redentoris Mater Juan Pablo II afirma: “María guía a los fieles a la Eucaristía. El Padre Kolbe está plenamente convencido porque la Inmaculada, habiendo llegado al grado más alto de unión con Cristo, Ella como gran experta, puede guiarnos a la más alta escala del amor divino, enseñándonos maravillosamente a recibir y a gozar de Jesús Eucaristía.

De esta realidad nace como una necesidad de vida el confiarse plenamente a Ella para hacer verdaderamente de la Eucaristía, el centro de la vida interior y el secreto de la santidad. Se convierte en una necesidad de vida donar todo aquello que Dios pone en sus manos y desea a sus hermanos de Mugenzai no Sono de dejarse penetrar cada vez más por sus pensamientos, sus intenciones y su amor que Ella, la Inmaculada, tenía por Jesús en la Eucaristía”2. Para Fray B. Mieczkowski “es la Inmaculada que, como verdadera Madre, ha enseñado a su Hijo Maximiliano una autentica adoración del Rey del amor y lo ha animado en la unión cordial con Jesús. Ella le ha enseñado como se ama a Jesús, es más, le ha concedido de amarlo según su corazón”

María es Aquella que, en la unión con Cristo, llega al grado más alto, por esto Padre Kolbe pide a sus hermanos de Mugenzai no Sono, de dejarse penetrar siempre más de sus pensamientos, de sus intenciones, del amor que la Inmaculada tenía por Jesús en la Eucaristía. En un escrito dirá: “Ella te enseñará a corresponder a Jesús con un amor sin medida, por el amor que Él demostró en la cruz y en el Ssmo Sacramento del altar”3.

“No hay mejor preparación a la santa comunión que ofrecerla a la Inmaculada. Ella prepara nuestro corazón de la mejor manera... lo transformará en una morada digna de Jesús, para acogerlo como Ella sola lo sabe hacer... podremos estar seguros de procurar así a Jesús la mayor alegría, de manifestarle el amor más grande”4. “Y después de la sagrada comunión rezaremos nuevamente a la Inmaculada para que Ella misma quiera tener la compañía de Jesús presente en nuestra alma y hacerla tan feliz como nadie ha podido hasta ahora”

Completamente entregado a la Madre, padre Kolbe se deja compenetrar siempre más del grande misterio que es la Eucaristía, que para él es verdaderamente “el Dios encarnado y escondido bajo la apariencia del pan”5 bajo las apariencias de cada hombre y mujer que vive al lado. Por esto, como hace mención fray Borodziej, el padre Maximiliano “no tenía apuro en construir iglesias espléndidas y adquirir vasos sagrados. Una vez, en Niepokalanów, se enfermó un fraile y en el convento faltaba de todo, también la plata para comprar los remedios necesarios para su recuperación. Entonces el padre Maximiliano llamó a fray Dudek que era enfermero y también sacristán, y le pregunta cuántos cálices tiene y le responde “dos”, entonces le dijo: “agarrá uno, vendelo en Varsavia y comprá todo lo que se necesita para curar al enfermo”. Cuando vio a fray Giorgio desconcertado y maravillado, agrega: “Para salvar el templo vivo, en el cual Jesús cada día recibe acogida, se puede vender un vaso sagrado”.

Conclusión:
En el 37° Congreso Eucarístico Internacional celebrado en 1960 en Mónaco, Alemania, el arzobispo Nicolás Canino, miembro de la MI, celebró la Misa y subrayó en la homilía: “Padre Kolbe, según el ejemplo de Cristo, que dio la vida por el hermano, nos invita a seguir sus huellas para conducir el mundo a Cristo a través de la Inmaculada. Lo mismo el Cardenal Julio Dopfner, indicó a todos los congresistas, al mártir de la caridad, como ejemplo para imitar con estas palabras: “Solo con hombres como el Padre Kolbe que viven íntegramente su cristianismo, podemos hoy acercar y conducir a todas las personas perdidas a la casa del Padre, y así a la salvación”6.

Muchas veces Juan Pablo II habló de s. Maximiliano viendo en el mártir de Auschwitz “el modelo del sacerdote moderno”7, la encarnación viviente del sacerdote y de la misión a la cual es llamado”. En el tiempo en el que era Cardenal, Karol Wojtyla había expresado lo siguiente, que resume perfectamente la figura del Padre Kolbe: “La Eucaristía se convirtió en la realización de su vocación y de su vida”. Y Mons. Andrea Casarano, después de la canonización, dirá: “el ejemplo admirable del padre Kolbe, conseguirá sacudir la apatía del siglo, reforzará la fe de los pueblos católicos, reavivará el amor a la Virgen, gritará a los que están perdidos toda la belleza del sacerdocio católico, reconducirá a los que están extraviados al seno materno de la Santa Iglesia” 8

Para nosotros
Al final de estas reflexiones sobre el “Padre Kolbe y la eucaristía” que venimos compartiendo estos tres meses, podemos parafrasear las palabras de Mons. Andrea Casarano y preguntarnos: ¿lograremos nosotros dejarnos sacudir de la apatía de nuestro tiempo e inflamarnos por el Señor? Nos dejamos guiar de la misma Palabra de Dios: “En cuanto recibió el bocado, Satanás entró en él... Y en seguida, después de recibir el bocado, Judas salió. Ya era de noche”9.

Judas salió, comenta Benedicto XVI, en un sentido más profundo, entra en la noche, se va de la luz hacia la oscuridad, el “poder de las tinieblas” lo ha aferrado”10. El Padre Kolbe se nutre de la mesa del amor y con la madre a su lado y en su corazón, se deja contagiar y encender del poder del crucifijo. Crucificado por amor. Toda su vida fue una llama ardiente de amor encendida y alimentada de la Inmaculada y se ha convertido en testigo de luz en las tinieblas del mundo.

A cada uno de nosotros Jesús nos deja la libertad de decirle que sí. No hay tantos “modos de llevar a María”. Para padre Kolbe hay uno solo: “Acogerla, dejarse transformar, llegar a transformarnos en Ella, convertirnos en Ella para conformarnos a Jesús Eucaristía. Y también nosotros seremos “panes partidos”. También nosotros, en este mundo oscuro, seremos luz!

Juan Pablo II, Ecclesia de Eucharistia, 57
Cf. SK 757.
EK 715.
EK 643
EK 988 A 
Angela
por la comunidad


martes, 12 de agosto de 2014

VELADA KOLBIANA

SAN MAXIMILIANO, UN HOMBRE FELIZ!



Introducción: Deseamos vivir esta noche en preparación al día de la memoria del gesto de amor de San Maximiliano siguiendo la invitación del papa Francisco a redescubrir la alegría del Evangelio que se renueva y se comunica anunciándolo con el propio testimonio así como ha animado toda la vida y la misión de Padre Kolbe.

Invitación a la alabanza

Guía: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Asamblea: Amén

Canto

Guía: Bendito sea el Señor Dios, Trinidad de amor: luminosas son sus obras, misericordiosos sus caminos. A Él dé gloria toda criatura. El bendiga y exalte toda criatura.

Asamblea: Tuya es la gloria, el honor y la adoración Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre. Amén

Invocación al Espíritu:
1L.-  Ven a nosotros, Espíritu de Cristo,
Ven a juzgarnos, frágiles discípulos,
Desviados de miles tentaciones, siempre necesitados de 
conversión.

Estribillo

2L.-  Tú has iluminado a los hombres de fe
de todos los pueblos y de todo tiempo;
has inspirado a los profetas y sostenido a los mártires;
has guiado a Jesús de Nazaret y a sus primeros discípulos;
has sostenido y sostienes la Iglesia
en su dificultoso navegar en las tempestades de la historia.

Estribillo


Asamblea.-Haznos comprender, sobre las huellas del padre Kolbe,
   la fuerza del Evangelio de la cruz,
   releído con los ojos de los pobres y de los humildes,
   anunciado hasta los confines de la tierra.
   Amén.

Iº Momento

No estoy yo aquí, que soy tu Madre?

 Lectura del evangelio de San Lucas

Por entonces María tomó su decisión y se fue, sin más demora, a una ciudad ubicada en los cerros de Judá.. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Al oír Isabel su saludo, el niño dio saltos en su vientre. Isabel se llenó del Espíritu Santo. Y exclamó en alta voz: «¡Bendita tú eres entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! Cómo he merecido yo que venga a mí la madre de mi Señor? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de alegría en mis entrañas. ¡Dichosa tú por haber creído que se cumplirían las promesas del Señor!»

Canto (Grabador Proclama mi alma baile)

Del Papa Francisco:
Cada vez que miramos a María volvemos a creer en lo revolucionario de la ternura y del cariño. En ella vemos que la humildad y la ternura no son virtudes de los débiles sino de los fuertes, que no necesitan maltratar a otros para sentirse importantes.
Ella es la misionera que se acerca a nosotros para acompañarnos por la vida, abriendo los corazones a la fe con su cariño materno. Como una verdadera madre, ella camina con nosotros, lucha con nosotros, y derrama incesantemente la cercanía del amor de Dios. (E.G. 288. 286)

G. Con María avanzamos confiados y le decimos:

Virgen y Madre María,
tú que, movida por el Espíritu,
acogiste al Verbo de la vida
en la profundidad de tu humilde fe,
totalmente entregada al Eterno,
ayúdanos a decir nuestro «sí»
ante la urgencia, más imperiosa que nunca,
de hacer resonar la Buena Noticia de Jesús.

Consíguenos ahora un nuevo ardor de resucitados
para llevar a todos el Evangelio de la vida
que vence a la muerte.
Danos la santa audacia de buscar nuevos caminos
para que llegue a todos 
el don de la belleza que no se apaga.

Estrella de la nueva evangelización,
ayúdanos a resplandecer en el testimonio de la comunión,
del servicio, de la fe ardiente y generosa,
de la justicia y el amor a los pobres,
para que la alegría del Evangelio
llegue hasta los confines de la tierra
y ninguna periferia se prive de su luz.
Madre del Evangelio viviente,
manantial de alegría para los pequeños,
ruega por nosotros.
Amén. Aleluya.

De los escritos de san Maximiliano:

Espero que con la ayuda de la Inmaculada, consigas llevar a cabo lo que habías iniciado y perseverar en tu puesto hasta la muerte gloriosa. La verdad que no sería digno de un caballero desertar por ningún motivo. La vida es breve, estos pocos años que vivimos sobre esta tierra pasan muy deprisa: ¿Cómo se les podría privar de la entrega que de ellos hicimos a la Inmaculada? Se muy bien que a veces la vida en la tierra de misión es dura; sin embargo, intenta imaginar lo dulce que será el momento de la muerte para aquel que, en aquel instante supremo, pueda decir que ha ofrecido mucho, muchísimo en sacrificio a la Inmaculada. Reza en las dificultades, reza mucho y obtendrás la preciosa gracia de la perseverancia. La Inmaculada te bendiga. (EK 813)

Momento de silencio reflexivo

San Maximiliano, María te ha hecho similar a Ella misma, te ha nutrido con la leche de su gracia. Ayúdanos a dejarnos guiar solamente por Ella, a dejarnos plasmar siempre más libremente por Ella.

Gesto:   Los representantes de los distintos grupos ofrecen una flor a la Virgen como signo de nuestra entrega a Ella a través de la consagración a la Inmaculada

Canto:

2º Momento

¡No nos dejemos robar la alegría evangelizadora!

Lectura del evangelio de San Juan

Así también ustedes ahora sienten tristeza, pero yo los volveré a ver y su corazón se llenará de alegría, y nadie les podrá arrebatar ese gozo.

Del Papa Francisco:
La alegría del Evangelio es esa que nada ni nadie nos podrá quitar (cf. Jn 16,22). Los males de nuestro mundo —y los de la Iglesia— no deberían ser excusas para reducir nuestra entrega y nuestro fervor. Mirémoslos como desafíos para crecer. Además, la mirada creyente es capaz de reconocer la luz que siempre derrama el Espíritu Santo en medio de la oscuridad, sin olvidar que «donde abundó el pecado sobreabundó la gracia» (Rom 5,20). Nuestra fe es desafiada a vislumbrar el vino en que puede convertirse el agua y a descubrir el trigo que crece en medio de la cizaña. (E.G. 84)  Llamados a iluminar y a comunicar vida, finalmente se dejan cautivar por cosas que sólo generan oscuridad y cansancio interior, y que apolillan el dinamismo apostólico. (E.G. 83)

G. La riqueza de los dones y la magnificencia de las vestiduras de la esposa, de la que nos habla el salmo 44, nos indican los dones de la gracia y de la vida interior con que el esposo la ha adornado y la variedad de los pueblos que ella lleva en sí misma y su fecunda maternidad espiritual. Con el salmista alabemos el nombre del rey con todos los pueblos de la tierra:

Una hija de reyes está de pie a tu derecha:
es la reina, adornada con tus joyas y con oro de Ofir.
¡Escucha, hija mía, mira y presta atención!
Olvida tu pueblo y tu casa paterna,
y el rey se prendará de tu hermosura.

El es tu señor: inclínate ante él;
la ciudad de Tiro vendrá con regalos
y los grandes del pueblo buscarán tu favor.
Embellecida con corales engarzados en oro
y vestida de brocado, es llevada hasta el rey.

Las vírgenes van detrás, sus compañeras la guían,
con gozo y alegría entran al palacio real.

Tus hijos ocuparán el lugar de tus padres,
y los pondrás como príncipes por toda la tierra.
Yo haré célebre tu nombre por todas las generaciones;
por eso, los pueblos te alabarán eternamente.

De los escritos de san Maximiliano:
Pues bien, ustedes saben cuántas personas en el mundo no conocen aún a Dios, no conocen a la Inmaculada y, por consiguiente, a veces se preguntan hasta el porqué de su existencia. Estos no poseen la felicidad, sobre todo en las dificultades de la vida y en los sufrimientos. No saben que el fin del hombre es Dios y que toda realidad de este mundo es sólo un medio para llegar a Dios en la eternidad, en el paraíso. No saben que la Mediadora de todas las gracias, la madre espiritual de todos los hombres es María Inmaculada; no saben que recurriendo a Ella, amándola, se acercan a Dios de la manera más fácil y más rápida. (EK 758)
        
Momento de silencio reflexivo

Gesto. Encendemos algunas antorchas como compromiso de nada ni nadie nos robe la alegría de evangelizar haciendo nuestras pas palabras de San Maximiliano : «Cuando el fuego del amor se enciende, no puede quedar encerrado en los límites del corazón, si no que desborda, incendia, devora, conquista otros corazones, conquista almas siempre más numerosas al propio ideal, la Inmaculada».

Canto:

3 Momento 
“Navega mar adentro...”

Lectura del evangelio de San Lucas

“cuando terminó de hablar, dijo a Simón: “Navega mar adentro, y echen las redes”.(Lc 5,4)

Del Papa Francisco:
Los desafíos están para superarlos. ¡Seamos realistas, pero sin perder la alegría, la audacia y la entrega esperanzada!
Pequeños pero fuertes en el amor de Dios, como san Francisco de Asís, todos los cristianos estamos llamados a cuidar la fragilidad del pueblo y del mundo en que vivimos. (E.G. 109 y 216)

G.- El Salmo 111 celebra la grandeza y la felicidad del hombre justo. Su vida bendecida por Dios, es recordada aun después de la muerte. Con toda la Iglesia contemplamos la fecundidad del padre Kolbe con las palabras del Salmo:

Feliz el hombre que teme al Señor
y se complace en sus mandamientos.
Su descendencia será fuerte en la tierra:
la posteridad de los justos es bendecida.

En su casa habrá abundancia y riqueza,
su generosidad permanecerá para siempre.
Para los buenos brilla una luz en las tinieblas:
es el Bondadoso, el Compasivo y el Justo.

Dichoso el que se compadece y da prestado,
y administra sus negocios con rectitud.
El justo no vacilará jamás,
su recuerdo permanecerá para siempre.

No tendrá que temer malas noticias:
su corazón está firme, confiado en el Señor.
Su ánimo está seguro, y no temerá,
hasta que vea la derrota de sus enemigos. 

El da abundantemente a los pobres:
su generosidad permanecerá para siempre,
y alzará su frente con dignidad.

Canto: mientras entran las reliquias

Del Libro el martirio de San Maximiliano Kolbe
 “Quisiera y desearía ser reducido a polvo por la causa de la Inmaculada, por la causa de Dios, y que este polvo mío fuese esparcido al viento y así se expanda en todo el mundo. De modo que no quede nada: ahora por lo tanto será perfectamente completa en mí la donación a la Inmaculada”. (Bar Joachim, el martirio de san Maximiliano Kolbe)

Guía: «El decimocuarto día, vísperas de la Asunción, fue dada la orden de dar el golpe de gracia a los sobrevivientes…
Así murió Maximiliano Kolbe, y con él, el niño puro que había amado  a la Virgen con todo su corazón: así murió el joven sacerdote entusiasta, que había anotado en su diario la decisión de dedicarse a los demás hasta el sacrificio supremo; así murió el prisionero que alguna vez deseó que sus cenizas fueran esparcidas por el viento y que, el día de la Asunción, no era más que cenizas en la boca de un crematorio, así terminó en el silencio y en el abandono, aquella vida de la cual no queda nada más que el amor

Canto final


Entrega del recuerdo

13 DE AGOSTO - ÚLTIMO DÍA DE LA NOVENA A SAN MAXIMILIANO KOLBE

SAN MAXIMILIANO, UN HOMBRE FELIZ!
¡NAVEGA MAR ADENTRO...!



Para cada día
CANTO

Invitación a la alabanza

Guía:    En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Asamblea: Amén

Guía: Bendito sea el Señor Dios, Trinidad de amor: luminosas son sus obras, misericordiosos sus caminos. A Él dé gloria toda criatura. El bendiga y exalte toda criatura.

Asamblea: Tuya es la gloria, el honor y la adoración Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre. Amén

Invocación al Espíritu:
1L.-       Ven a nosotros, Espíritu de Cristo,
Ven a juzgarnos, frágiles discípulos,
Desviados de miles tentaciones, siempre necesitados de 
conversión.

Estribillo

2L.-       Tú has iluminado a los hombres de fe
de todos los pueblos y de todo tiempo;
has inspirado a los profetas y sostenido a los mártires;
has guiado a Jesús de Nazaret y a sus primeros discípulos;
has sostenido y sostienes la Iglesia
en su dificultoso navegar en las tempestades de la historia.

Estribillo

Asamblea.-Haznos comprender, sobre las huellas del padre Kolbe,
   la fuerza del Evangelio de la cruz,
   releído con los ojos de los pobres y de los humildes,
   anunciado hasta los confines de la tierra.
   Amén.

Estribillo


Noveno día

                                 “Navega mar adentro...”

“cuando terminó de hablar, dijo a Simón: “Navega mar adentro, y echen las redes”.(Lc 5,4)

Del Papa Francisco:
Los desafíos están para superarlos. ¡Seamos realistas, pero sin perder la alegría, la audacia y la entrega esperanzada!
Pequeños pero fuertes en el amor de Dios, como san Francisco de Asís, todos los cristianos estamos llamados a cuidar la fragilidad del pueblo y del mundo en que vivimos. (E.G. 109 y 216)

G.- El Salmo 111 celebra la grandeza y la felicidad del hombre justo. Su vida bendecida por Dios, es recordada aun después de la muerte. Con toda la Iglesia contemplamos la fecundidad del padre Kolbe con las palabras del Salmo:

Feliz el hombre que teme al Señor
y se complace en sus mandamientos.
Su descendencia será fuerte en la tierra:
la posteridad de los justos es bendecida.

En su casa habrá abundancia y riqueza,
su generosidad permanecerá para siempre.
Para los buenos brilla una luz en las tinieblas:
es el Bondadoso, el Compasivo y el Justo.

Dichoso el que se compadece y da prestado,
y administra sus negocios con rectitud.
El justo no vacilará jamás,
su recuerdo permanecerá para siempre.

No tendrá que temer malas noticias:
su corazón está firme, confiado en el Señor.
Su ánimo está seguro, y no temerá,
hasta que vea la derrota de sus enemigos. 

El da abundantemente a los pobres:
su generosidad permanecerá para siempre,
y alzará su frente con dignidad.

 “Quisiera y desearía ser reducido a polvo por la causa de la Inmaculada, por la causa de Dios, y que este polvo mío fuese esparcido al viento y así se expanda en todo el mundo. De modo que no quede nada: ahora por lo tanto será perfectamente completa en mí la donación a la Inmaculada”. (Bar Joachim, el martirio de san Maximiliano Kolbe)

Momento de silencio reflexivo

San Maximiliano que en la prisión has reconocido como tu hermano a Francisco Gajowniczek ayúdanos a responder al grito de Dios: “¿Dónde está tu hermano?”
¿Quisiera que si escuchasen el grito de Dios que nos pide a todos nosotros: “¿Dónde está tu hermano?” (Gen 4,9).  La pregunta es para todos! (EG 211)

Oración final a san Maximiliano
San Maximiliano María,
valiente testimonio de amor en los tramos oscuros de la historia,
presencia amorosa de Dios en los campos de la muerte,
patrono de nuestros difíciles tiempos: escucha nuestra oración.

Tú que has amado la Virgen Inmaculada sin límites,
tú que has luchado contra el mal
con las armas del amor y de la oración,
tú que no has vacilado para entregarte a la muerte
para conducir al Cielo a los pobres condenados,
ayúdanos a encarnar la presencia de María
en nuestra cotidianidad.

Enséñanos a gastar nuestra vida para que el hombre,
nuestro hermano, reencuentre la dignidad y la grandeza.
Ayúdanos a donar a los hermanos el amor a María, nuestra Madre, 
para vivir la vida buena del Evangelio de Jesús.

Haz que el recuerdo de tu sacrificio despierte en nosotros
el deseo de imitarte y de ofrecer la vida por los demás.

Ruega por nosotros a la Virgen Inmaculada,
para que nos asemejemos a Ella y la hagamos presente
en nuestras familias, en nuestras comunidades
y en el mundo entero. Amén.



lunes, 11 de agosto de 2014

12 DE AGOSTO - OCTAVO DÍA DE LA NOVENA A SAN MAXIMILIANO KOLBE

SAN MAXIMILIANO, UN HOMBRE LIBRE!

¿No estoy yo aquí, que soy tu Madre?
 (palabras de la Virgen a Juan Diego)


Para cada día
CANTO

Invitación a la alabanza

Guía:    En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Asamblea: Amén

Guía: Bendito sea el Señor Dios, Trinidad de amor: luminosas son sus obras, misericordiosos sus caminos. A Él dé gloria toda criatura. El bendiga y exalte toda criatura.

Asamblea: Tuya es la gloria, el honor y la adoración Padre, Hijo y Espíritu Santo, ahora y siempre. Amén

Invocación al Espíritu:
1L.-       Ven a nosotros, Espíritu de Cristo,
Ven a juzgarnos, frágiles discípulos,
Desviados de miles tentaciones, siempre necesitados de 
conversión.

Estribillo

2L.-       Tú has iluminado a los hombres de fe
de todos los pueblos y de todo tiempo;
has inspirado a los profetas y sostenido a los mártires;
has guiado a Jesús de Nazaret y a sus primeros discípulos;
has sostenido y sostienes la Iglesia
en su dificultoso navegar en las tempestades de la historia.

Estribillo

Asamblea.-Haznos comprender, sobre las huellas del padre Kolbe,
   la fuerza del Evangelio de la cruz,
   releído con los ojos de los pobres y de los humildes,
   anunciado hasta los confines de la tierra.
   Amén.

Estribillo

Octavo día

No estoy yo aquí, que soy tu Madre?
 (palabras de la Virgen a Juan Diego)

Del Papa Francisco:
Cada vez que miramos a María volvemos a creer en lo revolucionario de la ternura y del cariño. En ella vemos que la humildad y la ternura no son virtudes de los débiles sino de los fuertes, que no necesitan maltratar a otros para sentirse importantes.
Ella es la misionera que se acerca a nosotros para acompañarnos por la vida, abriendo los corazones a la fe con su cariño materno. Como una verdadera madre, ella camina con nosotros, lucha con nosotros, y derrama incesantemente la cercanía del amor de Dios. (E.G. 288. 286)

G. Con María avanzamos confiados y le decimos:

Virgen y Madre María,
tú que, movida por el Espíritu,
acogiste al Verbo de la vida
en la profundidad de tu humilde fe,
totalmente entregada al Eterno,
ayúdanos a decir nuestro «sí»
ante la urgencia, más imperiosa que nunca,
de hacer resonar la Buena Noticia de Jesús.

Consíguenos ahora un nuevo ardor de resucitados
para llevar a todos el Evangelio de la vida
que vence a la muerte.
Danos la santa audacia de buscar nuevos caminos
para que llegue a todos 
el don de la belleza que no se apaga.

Estrella de la nueva evangelización,
ayúdanos a resplandecer en el testimonio de la comunión,
del servicio, de la fe ardiente y generosa,
de la justicia y el amor a los pobres,
para que la alegría del Evangelio
llegue hasta los confines de la tierra
y ninguna periferia se prive de su luz.
Madre del Evangelio viviente,
manantial de alegría para los pequeños,
ruega por nosotros.
Amén. Aleluya.

De los escritos de san Maximiliano:

Espero que con la ayuda de la Inmaculada, consigas llevar a cabo lo que habías iniciado y perseverar en tu puesto hasta la muerte gloriosa. La verdad que no sería digno de un caballero desertar por ningún motivo. La vida es breve, estos pocos años que vivimos sobre esta tierra pasan muy deprisa: ¿Cómo se les podría privar de la entrega que de ellos hicimos a la Inmaculada? Se muy bien que a veces la vida en la tierra de misión es dura; sin embargo, intenta imaginar lo dulce que será el momento de la muerte para aquel que, en aquel instante supremo, pueda decir que ha ofrecido mucho, muchísimo en sacrificio a la Inmaculada. Reza en las dificultades, reza mucho y obtendrás la preciosa gracia de la perseverancia. La Inmaculada te bendiga. (EK 813)

Momento de silencio reflexivo

San Maximiliano, María te ha hecho similar a Ella misma, te ha nutrido con la leche de su gracia.
Ayúdanos a dejarnos guiar solamente por Ella, a dejarnos plasmar siempre más libremente por Ella.

Oración final a san Maximiliano
San Maximiliano María,
valiente testimonio de amor en los tramos oscuros de la historia,
presencia amorosa de Dios en los campos de la muerte,
patrono de nuestros difíciles tiempos: escucha nuestra oración.

Tú que has amado la Virgen Inmaculada sin límites,
tú que has luchado contra el mal
con las armas del amor y de la oración,
tú que no has vacilado para entregarte a la muerte
para conducir al Cielo a los pobres condenados,
ayúdanos a encarnar la presencia de María
en nuestra cotidianidad.

Enséñanos a gastar nuestra vida para que el hombre,
nuestro hermano, reencuentre la dignidad y la grandeza.
Ayúdanos a donar a los hermanos el amor a María, nuestra Madre, 
para vivir la vida buena del Evangelio de Jesús.

Haz que el recuerdo de tu sacrificio despierte en nosotros
el deseo de imitarte y de ofrecer la vida por los demás.

Ruega por nosotros a la Virgen Inmaculada,
para que nos asemejemos a Ella y la hagamos presente
en nuestras familias, en nuestras comunidades
y en el mundo entero. Amén.